Uso de peces para prevenir enfermedades transmitidas por mosquitos en Andalucía
Investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), en colaboración con las Universidades de Sevilla y Córdoba, han realizado una revisión sistemática sobre el uso de peces para el control vectorial de enfermedades transmitidas por mosquitos. Esta medida natural se ha evaluado como una alternativa en la lucha contra enfermedades como el dengue, la malaria o el Zika.
El estudio, publicado recientemente en la Revista Española de Salud Pública, destaca la relevancia de buscar métodos sostenibles y respetuosos con el entorno para el control de vectores. La revisión incluyó siete estudios realizados en Asia, donde se emplearon peces larvívoros como estrategia biológica para reducir la población de mosquitos en diferentes contextos, como recipientes domésticos, campos de arroz y pozos relacionados con obras hidráulicas.
Los resultados obtenidos mostraron reducciones significativas en los indicadores entomológicos, con descensos larvarios de entre el 80% y el 100%, y en algunos casos, también se observaron reducciones de hasta el 99,87% en la incidencia clínica. A pesar de estos resultados alentadores, las autoras advierten sobre la necesidad de interpretar los datos con cautela y de estudiar la viabilidad, sostenibilidad, coste-efectividad y el impacto ecológico de la introducción masiva de peces en ecosistemas específicos antes de recomendar su implementación a gran escala.
Este artículo, que forma parte de una tesis doctoral en curso sobre la eficacia de las intervenciones para la prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos, destaca la importancia de un enfoque preventivo y biológico en la toma de decisiones en salud pública. La Revista Española de Salud Pública, donde se publica este trabajo, es una publicación científica con revisión por pares, reconocida por su compromiso con la calidad científica y su inclusión en bases de datos como PubMed y Scopus.
En resumen, el uso de peces como método de control vectorial podría representar una alternativa eficaz y respetuosa con el medio ambiente en la lucha contra enfermedades transmitidas por mosquitos. Sin embargo, es necesario realizar estudios más amplios y detallados para evaluar su viabilidad a gran escala y su impacto a largo plazo en los ecosistemas específicos donde se implementen.
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