Los agricultores recibirán 140 millones para modernizar sus infraestructuras con el Plan RegadíA.
El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, ha presentado en Almería el nuevo Plan de Modernización del Regadío de Andalucía (Plan RegadíA), con una inversión de 140 millones de euros. Este plan tiene como objetivo impulsar una transformación sostenible y eficiente del regadío en la región, garantizando un uso responsable del agua, la modernización de las infraestructuras y la adaptación al cambio climático.
Fernández-Pacheco anunció que la publicación del plan en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía está prevista para la próxima semana, dando inicio a un plazo de dos meses para que los agricultores presenten proyectos de modernización de regadío. Para acceder a este respaldo público, se requiere ser titular de una infraestructura de regadío existente, contar con los permisos necesarios y comprometerse a mantener los nuevos regadíos durante al menos cinco años.
El objetivo principal de esta iniciativa es brindar mayor protección a los agricultores ante futuros períodos de escasez de agua, ya que Andalucía enfrenta un déficit hídrico estructural que debe mitigarse. En el ámbito económico, el Plan RegadíA está cofinanciado al 50% por la Junta de Andalucía a través del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader), mientras que el 30% restante proviene de los propios regantes y el 20% de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa).
Fernández-Pacheco destacó que este plan será una herramienta estratégica clave para garantizar el agua y su uso eficiente en el campo andaluz. Además, mencionó otras medidas implementadas en la región, como el Plan PARRA, destinado a llevar agua regenerada al campo con un presupuesto de 165 millones de euros, y las ayudas para la modernización de maquinaria, con un presupuesto de 175 millones de euros que beneficiará a 3.777 agricultores y ganaderos.
En resumen, el Plan RegadíA busca modernizar el regadío en Andalucía, promoviendo la sostenibilidad y la eficiencia en el uso del agua, así como la adaptación al cambio climático, con el fin de mejorar la viabilidad de las explotaciones agrarias y contribuir al desarrollo económico y social de las zonas rurales en la región.
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